Las cifras de la Oficina de Información Energética de los Estados Unidos (EIA por sus siglas en inglés) ya con la data de comercio auditada indican que Rusia fue el tercer suplidor de petróleo del país norteamericano en febrero cuando inició el conflicto bélico en Ucrania y solo superada por México y Canadá con tendencia incluso a posicionarse en el segundo puesto.
En promedio Rusia exportó 586.000 barriles diarios de los cuales es 86% se corresponde a productos refinados o intermedios y apenas 14% es crudo. La mayor parte de ese volumen se corresponde a aceites sin procesar que en conjunto alcanzaron 333.000 barriles diarios, en segundo lugar aparece fuel oil destilado que alcanza 77.000 barriles por día y tercero figura el fuel oil residual con un despacho por 60.000 barriles diarios.
Los reportes preliminares de la EIA correspondientes a marzo y abril señalan que aún en esos meses se mantuvieron despachos correspondientes a contrataciones hechas antes del 24 de febrero cuando comenzó la acción militar pero ya en abril fueron suspendidos.
Las exportaciones petroleras rusas comenzaron a repuntar a inicios de 2019, coincidiendo con la imposición de sanciones a Venezuela. A febrero de ese año los despachos alcanzaban 226.000 barriles diarios y en dos años casi que se cuadriplicaron para alcanzar un pico de 844.000 barriles diarios en mayo de 2021.
La EIA señala que durante los dos primeros meses de 2022, Estados Unidos tuvo un retroceso en sus producción de alrededor de 300.000 barriles diarios con respecto a diciembre principalmente en proyectos de shale oil o petróleo en lutitas en línea con la oferta del presidente Joe Biden de reducir estos proyectos, mientras que sus exportaciones repuntaron en casi el mismo volumen de enero a febrero sobre todo por los despachos hechos por Rusia.